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Pánico financiero:¡Que no nos muerdan los perros!

El sistema financiero nos ladra. Zozobran y quiebran bancos, tiemblan y se desploman las bolsas, y chirrían las intervenciones preventivas, quirúrgicas y paliativas de los Gobiernos. Esperemos que nada de todo esto nos muerda.

Ladran los bancos.

De momento, ladran más allende nuestras fronteras, en EE.UU. y en algunos países europeos. A destacar el cinismo de cierta prensa británica (Financial Times in memoriam) que no hace mucho tiempo cuestionaba despectivamente la solvencia de los bancos de los países PIGS (Portugal, Italia, Grecia y Spain) sepultados presuntamente entre ruinas inmobiliarias. Resulta que mientras los PIGS (cerdos, en inglés) siguen resistiéndose a la txerriboda bancaria, los otrora aristocráticos bulldogs de la City, heridos ahora por el mal de Wall Street, han caído tan bajo que se refugian en Downing Street y gimen lastimosamente entre las faldas de la Old Lady (así se apoda el Banco de Inglaterra). Incluso un “big” de los PIGS (el Banco Santander) ha acudido a rescatarlos.

En España, a pesar de todo, todavía no se han registrado zozobras bancarias importantes. Que el sector de bancos y cajas pasa por dificultades es un hecho evidente que ya comentamos en abril en este blog alertando sobre su porvenir de “sed y sangre”. Por lo mismo tendremos que seguir estando atentos a su evolución, pero, por ahora, sin caer en el pánico, y menos tras las decisiones anunciadas antes de ayer por el Presidente Zapatero.

Que no caigan en el pánico los depositantes.

Aquellos ahorradores modestos que tienen su dinero en forma de depósitos bancarios no tienen por qué alarmarse. En primer lugar, porque las cajas y bancos de nuestro entorno están razonablemente bien provistas de capital y reservas, debido a que la regulación española sobre este punto ha sido, y es, bastante exigente (más que lo que se requiere en general en los demás países de la UE). En segundo lugar, porque la cobertura hasta 100.000 euros por titular, entidad y tipo de cuenta, que los Fondos de Garantía de los Depósitos (FGD) de bancos, cajas y cooperativas de crédito nos aseguran, parece manifiestamente suficiente para la gran mayoría de depositantes modestos. ¿Acaso no es suficiente para una familia o pareja, cuyos miembros sean cotitulares de dos cuentas bancarias en entidades distintas, una garantía que puede cubrir hasta 400.000 euros?¿Cuantas familias hay con tanto dinero depositado en cuentas bancarias?. Según estadísticas bancarias, el depósito medio en España no llega a 20.000 euros.

De hecho, la medida de ampliar la cobertura de 20.000 euros (nivel actual) a 100.000 se ha tomado, no tanto para proteger al depositante modesto, como para proteger a los propios bancos y cajas de una competencia desleal por parte de entidades bancarias de otros países cuyos Gobiernos han decidido aumentar las coberturas hasta esa cifra o más. En tras palabras, se ha pretendido evitar riesgos de desplazamiento, o fuga, de depositantes pudientes hacia bancos de otros países.

Tiemblen más bien los inversores en bolsa y en FIMs.

Sin embargo, de lo declarado antes de ayer por Zapatero y ayer por Solbes, no parece (al menos de momento y para mí) que la ampliación de cobertura de los depósitos vaya a extenderse también a los fondos o ahorros gestionados por las empresas de servicios de inversión (ESI: sociedades y agencias de valores, y sociedades de gestión de carteras, incluyendo las de las Instituciones de Inversión Colectiva cuando gestionan discrecionalmente (al margen de la regulación de carteras de los FIM) efectivo o valores de clientes), las cuales, bajo vigilancia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, cuentan también con un Fondo General de Garantía de Inversiones (FOGAIN) que también garantiza actualmente los fondos de sus clientes hasta el límite de 20.000 euros en casos de insolvencia y de concurso judicial de estas entidades.

En concreto, ¿se aplicará también la medida de ampliación de la cobertura a las cuentas de valores (de acciones y otros títulos) que muchos ahorradores modestos tienen bajo custodia en los bancos y cajas, y que son gestionados por sociedades gestoras afines? Obviamente, en estos casos, no se pretende cubrir contra los riesgos bursátiles o de rendimiento de las acciones y valores depositados, sino solamente contra los riesgos específicos de insolvencia y de incumplimiento de obligaciones con sus clientes de las propias ESI.

Ni decir tiene, y esto es más claro, que los ahorradores que participan en los FIMs tampoco están cubiertos contra los riesgos de rendimiento de éstos. Quien tenga dinero en Bolsa directa o indirectamente (a través de los FIMs) está expuesto a que le muerdan los perros. Y si lo necesita en estos momentos, viéndose obligado a vender sus acciones o desprenderse de sus participaciones, la mordida será profunda y dolorosa.

Calmando la sed de los bancos.

Otra medida clave de Zapatero consiste en poner a disposición del sistema bancario español una suma de dinero entre 30.000 y 50.000 millones de euros. Con ella se pretende suavizar las restricciones de liquidez que oprimen a las entidades de crédito españolas. De este problema ya tratamos con cifras (sobre la desproporción entre depósitos y créditos bancarios) en mis comentarios del pasado abril.

A la espera de conocer más detalles, supongo que esta medida se estructurará en términos financieros como una cesión temporal de activos hipotecarios por parte de las entidades de crédito al Tesoro español con un pacto de retrocesión a medio plazo, operación que previsiblemente se llevará a cabo mediante el método de subastas. De esta manera, el Gobierno les ofrecerá lo que en estos momentos no pueden conseguir en los mercados interbancarios ni el Banco Central Europeo les facilita: liquidez a plazo de tres o más años, respaldada por activos hipotecarios que se aceptan como garantía colateral y se suponen sanos.

La medida será acertada si sirve, a su vez, para impulsar el flujo de financiación desde las entidades de crédito hacia las empresas del sector privado, que hoy está tan atascado; y no será onerosa para el contribuyente si no conlleva un incremento del déficit público por pérdidas financieras, o bien de intereses, para lo cual bastaría que los tipos de interés a cobrar a los bancos por la financiación prestada se igualasen a los de la deuda pública que se emita para cubrir la operación, o bien de capital, algo que se evitaría si los activos hipotecarios cedidos al Tesoro estuviesen sanos. Por el contrario, la inyección de liquidez rayará en lo obsceno si las entidades de crédito la destinan a consumo propio, sin que el dinero fluya hacia el sector privado extra-bancario, especialmente haciaa las empresas más productivas, generadoras de empleo y ecológicas.

Cuestión aparte es si los 30.000-50.000 millones euros de crédito al sector bancario es cantidad suficiente para resolver el problema. Me inclino a pensar que no, tal como va reptando la desconfianza y el pesimismo financiero. El Gobierno, una vez decidido a intervenir de esta manera, no debería utilizar el método del goteo, sino anegar cualquier brote de duda. ¿Por qué no ofrecer 100.000 millones de euros o más, si la operación, como se presume, puede reavivar la economía real, sin ser onerosa para el contribuyente, implicando tan sólo un incremento temporal (de varios años) de la deuda pública española, deuda que además, en relación al PIB, es significativamente menor que la media de los países de la UE?.

El Gobierno no debiera encogerse ni mostrar tanta prudencia que la gente la interpretase como temor, porque, como suele decirse y bien lo saben los baserritarrak, “sólo a los miedosos muerden los perros ”.

¿Ayudando al rico para que no empeore el pobre?

Termino vomitando (con perdón). En tiempos de vacas gordas, los banqueros suelen justificar la obtención de pingues beneficios arguyendo que es bueno para el conjunto de la economía que los bancos y empresas ganen dinero, porque a la postre todos se benefician. Quieren hacernos creer en la “economía de la filtración”, en que “si sube la marea para un barco, sube para todos”. En tiempos de vacas flacas, su discurso se torna todavía más obsceno, pues suelen exigir ayudas con chantaje, diciéndonos que, si a ellos les va mal, a todos nos irá mucho peor.

Me recuerdan la historia o parábola bíblica del rico Epulón y el pobre Lázaro. En tiempos de fiesta, a Lázaro, sentado en el suelo bajo la mesa, sólo le llegan las migajas del festín y el consuelo de los perros que le lamen las llagas. Pero la parte más siniestra de la historia no está narrada, aunque es fácil de imaginar: en tiempos de penuria, Lázaro no puede aspirar ni siquiera a las migas, porque si las pide, Epulón azuza a sus perros para que le muerdan.


Habrá que ayudar a los bancos en tiempos de crisis. Sí, el auxilio será necesario, un mal menor, pero …¡qué ascoso!.



Nota final.

Ya escritas estas reflexiones, me sorprendió ayer la rebaja coordinada de los tipos de interés en EE.UU., Gran Bretaña y en la UME. Buena decisión, aunque el miedo no la haya entendido (pues no es racional). Las bolsas se desplomaron en un ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!. Los perros seguirán ensañandose con nosotros, a mordiscos, mientras estemos dentro de la espiral del miedo. Porque ya no sólo tenemos miedo; también tenemos miedo al miedo..., al miedo colectivo, ese instrumento de destrucción masiva capaz de arruinar el mundo financiero.

Don Jose Maria,

interesante lectura, de donde ha sacado el dato de que el deposito medio en España esta por debajo de los 20.000 euros? Resulta bastante interesante ya que la creencia generalizada, que no la mia, es lo contrario.

Ojala y no pase lo que ha estado pasando en los Estados Unidos, porque la debacle seria muy fuerte.

Me ha gustado mucho la comparación de los bancos con la parabola.
Y en definitiva todo su artículo pero tengo una duda como se consigue que la gente deje de tener miedo si estamos todo el día escuchando por los medios que vamos hacia una depresión (hoy mismo lo he oido en el telediario de antena 3).
Hasta que los periodistas no se olviden un poco del tema seguiremos estando en un ambiente de incertidumbre.

Al interesado en conocer fuentes informativas sobre el nivel del Depósito Medio en España:

Mi creencia de depósito medio inferior a 20.000 euros se basa en estudios realizados por mí en el pasado sobre este tema. Hablo de hace diez años, donde mis estimaciones apuntaban a menos de 10.000 euros de depósito medio. Recientemente, con motivo de la crisis, he escuchado a un portavoz de la AEB decir lo mismo.

Le doy una pista para que Usted mismo lo compruebe. El tamaño medio de los depósitos en euros España se puede aproximar dividendo el total de las sumas en euros de los depósitos a la vista, de ahorro y a plazo (que son los cubiertos por los Fondos de Garantía) entre el número de estas cuentas bancarias.

La Asociación Española de la Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) en sus respectivos Anuario Estadísticos suelen aportar datos sobre cuantías y número de cuentas de estas entidades. Aunque no hay acceso libre a las versiones electrónicas (vía Internet) de estos documentos, sí puede comprobar en un nicho accesible de la AEB (en http://www.aebanca.es/, pinchando Anexo Estadístico y luego en Otras Informaciones, pagina 230) que el numero total de cuentas de la Banca en España es algo más de 28 millones y seiscientos mil al final del 2007.

Por otra parte en la información electrónica ofrecida por el Banco de España (en http://www.bde.es/infoest/htmls/capit04.htm, en el documento en PDF 4.32 “Frente a otros Residentes”, observará que el total de depósitos- vista, ahorro y plazo- en euros que el resto de residentes españoles (incluye particulares, familias, empresas no financieras, pero no sector público ni empresas financieras) ascendía a casi 400.000. millones de euros en junio del 2008.

Si divides esta última cifra por los 28,6 millones de cuentas el resultado es algo más de 14.000 euros.

Como, de los 28,5 millones de cuentas del sector de bancos, parte son del sector público, y por lo mismo, el divisor del cociente debería ser menor. Sin embargo, esto no desvirtúa la aproximación que hemos hecho del depósito medio (por cuenta) que las familias y empresas tienen en los bancos, pues lo que las Administraciones Públicas tienen depositados en los bancos no llegaba en junio del 2008 a los 50.000 millones de euros, y es bien sabido que los saldos medios de sus depósitos no son precisamente pequeños. Obsérvese que dividiendo 450.000 millones por 28,6 millones nos sigue dando 15.734 euros.

Amigos del sector de cajas y de las cooperativas (Caja Laboral) me indican que el saldo medio por cuenta no parece que sea mayor en estas entidades.

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