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Humos electorales, y ¿burbujas plebiscitarias?

Se esperaba que los Presupuestos Generales del Estado para el año 2008, presentados por el vicepresidente Solbes hace diez días, fuesen electoralistas, al menos en parte. Y en efecto, en ellos se pude observar cómo humean ya las fogosas elecciones generales previstas para marzo del próximo año. La sorpresa ha aflorado en el nuevo plan de normalización política (NPNP) con que el lehendakari Ibarretxe acaba de atizar los fuegos electorales venideros, tanto el general de España en marzo como el autonómico en el País Vasco meses después. Comentemos por partes.

Electoralismo presupuestario.

El humo electoral de los PGE 2008 es muy visible en algunas medidas de gasto social, adoptadas recientemente (y no al principio de la legislatura) y anunciadas con ‘bombo y platillo’ (como el premio de natalidad, los servicios de guardería y de protección buco-dental, las ayudas para el alquiler de viviendas etc.); también lo es en la distribución geográfica de de determinadas inversiones en infraestructuras. En otras medidas de índole tributaria (caso del beneficio fiscal por descontar la inflación en los tramos de renta del IRPF), hay humo, aunque es más opaco para la mayoría de los votantes. Ni decir tiene que, además de éstas, hay otras decisiones extra-presupuestarias que exhalan electoralismo (como la congelación de los precios de la electricidad doméstica).

Pero todavía hay más: el escenario macroeconómico sobre el que se han elaborado los presupuestos es excesivamente halagüeño; es poco creíble que la economía española vaya tan bien como se proyecta, con un petróleo tan encarecido, un euro tan apreciado, y sobre todo una crisis financiera o de confianza tan globalizada, cuyo alcance todavía se desconoce y que puede dificultar gravemente la financiación internacional de nuestro abultado déficit exterior, el cual sobrepasa ya el ocho por ciento del PIB, porcentaje que dobla al que registrábamos hace tres años. Se exagera la buena marcha de la economía para ganar la confianza del votante e ilusionarle con la idea presidencial de seguir jugando (obviamente con el actual equipo de gobierno) en la champions league de las economías desarrolladas.

A pesar de todo ello, soy de los que piensan que hay que resignarse y soportar este humo, aunque sin tragarlo. Porque el que haya dosis de electoralismo en los últimos presupuestos de una legislatura, quizás no sea ‘políticamente correcto’, pero es ‘políticamente normal’.Todos los Gobiernos, sean de izquierdas o de derechas, centrales o locales hacen lo mismo: suelen terminar sus mandatos con tan buena opinión de sí mismos que creen que la mejor inversión social que pueden y deben presupuestar es su continuidad en el mando. Por tanto, vale también aquí la excusa bíblica: “Quien esté libre de pecado, lance la primera piedra”.

¿Liante Ibarretxe?

El NPNP de Ibarretxe - que contempla realizar una consulta popular en dos etapas (la primera para 'habilitar' el 25 de octubre del 2008, la segunda para 'resolver' en el segundo semestre del 2010), tras haber obtenido en junio del 2008 un acuerdo por mayoría simple en el Parlamento de Vitoria, previas (antes de junio) conversaciones bilaterales al respecto con el presidente de España (aunque sin necesidad de lograr acuerdo)- es claramente electoral, y posiblemente también electoralista (como algunos piensan).

El carácter electoral del plan es manifiesto, pues expresamente se contemplan en él elecciones autonómicas adelantadas, pase lo que pase con la consulta del 25 de octubre. Puede ser también electoralista, en cuanto que busque incidir en los resultados (para los partidos del Gobierno tripartito vasco, sobre todo para el PNV) de las elecciones generales de marzo. ¿Se busca tantear, o incluso fomentar, ya en marzo, el grado de respaldo de la ciudadanía vasca al NPNP? Lo que parece más cierto es que el anuncio de intenciones del lehendakari va a atizar el fuego cruzado entre el PSOE y el PP, y que en esta confrontación los socialistas lo van a tener más difícil, tal como ha ido la ‘cosa autonómica’ en España.

Hay mucho zumo especulativo en el NPNP. Así, si aceptamos que el anuncio de Ibarretxe va a complicar más el juego electoral del PSOE en marzo, podríamos preguntarnos si este plan emite también humo navarro, es decir si esconde una especie revancha abertzale por el reciente oscuro juego socialista en Navarra. También podríamos pensar que el propio lehendakari está especulando con adelantar la convocatoria de las elecciones autonómicas al mes de junio, contando desde ahora con la negativa previa del Gobierno español y el rechazo de EHAK en el Parlamento Vasco a un texto donde conste un rechazo expreso a ETA, para, de este modo, poder esgrimir su teoría de las dos orillas (los ciegos constitucionalistas en una y los bárbaros cómplices de ETA en otra) y reivindicarse como el arquitecto del cauce central del País Vasco invitando a su ciudadanía a verter sus votos en él. Una especulación más bajo el supuesto de que se salve el escollo de EHAK en el Parlamento Vasco: ¿habrá pensado ya el Gobierno Vasco en organizar una consulta mediante Internet para el caso de que el Gobierno español le impida hacerlo por los medios tradicionales?

Determinada prensa, refiriéndose al NPNP, habla de desafío; la vicepresidenta Fernández de la Vega, jugando con las palabras, ha dicho que se trata, más bien, de un desvarío. Puestos a palabrear, a mí me nace exclamar tan sólo: ¡Qué lío!. Ibarretxe, al presentar su nuevo plan, utilizó la metáfora de la espiral para ilustrar la lúgubre dinámica política en que, según él, se encuentra el País Vasco, defendiendo su NPNP como una espiral alternativa, viable y capaz de llevarnos gradualmente hacia la luz o normalización política. Siento no ver tan clara la viabilidad de su plan ni tan clarificadora o resolutiva su misión. Por el contrario, lo veo complicado, como una espiral que embrolla otra espiral, y peligroso, como una burbuja especulativa cuyo estallido puede convulsionar un activo político (el evolutivo y enriquecedor autogobierno vasco) que ya está bastante cargado de retos y tensión. Se atribuye al general Wellington la siguiente consigna: “Hay que plantear la batalla cuando y donde se pueda ganarla”. Lamento que entre los asesores de nuestro lehendakari no esté Wellington.

Estoy de acuerdo en que parece que nuestro Lehendahari no tiene unos excelentes asesores,pero en cualquier caso con su persistencia y tenacidad intentará llevarlo acabo.
Si desea llevarlo a ultimo termino tendrá que maquillar en la consulta el rechazo explícito a la violencia de ETA pues de lo contrario dude que no pase el tamiz del Parlamento Vasco ya que Ehak no lo apoyará aunque creo que Ibarretxe practica muy bien la frase de Donde dige Diego digo...( me refiero a sus reiteradas afirmaciones de que solo formularía la consulta en ausencia de violencia y con el acuerdo mayoritario posible; circustancia que hace que identifique a nuestro lehendakari como un político más; que considerandose adalid de la honestidad y honradez tiene la cara dura de desdecirse de lo dicho y quedarse tan pancho: me has decepcionado Lehendahari (con minuscula)

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